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jueves, 22 de julio de 2010

Diez años sufriendo a este tío

Hoy hace diez años que España asistía a la elección de un larguirucho con cara de pánfilo como jefazo del principal partido de la oposición por aquel entonces, el Partido Socialista Obrero Español, tras años de diputado en los que pasó desapercibido. Nadie hubiese asegurado su triunfo, viéndose ya el populista Bono al frente del partido. Pero hubo sorpresa y finalmente ganó por una escasa diferencia de nueve votos.

Mucho ha llovido desde entonces. Quien se presentaba como un líder dispuesto al diálogo, pronto se convertiría en un pancartero convencido (aprende Rajoy) con temas como el Prestige, la guerra de Irak y el que será el tema que más asco ha dado en estos años de democracia: el papel de los socialistas durante los días del 11M. Totalmente miserables, con un Rubalcaba diciendo aquello de no merecer un gobierno que mienta, precisamente el PSOE y precisamente él.

Su gobierno ha estado marcado por estos puntos: unos ministros que le sirven de parapeto de la críticas y que le permite apropiarse de lo bien hecho (poco); unos ministros, igualmente, muy por debajo de su jefe, que ya es un logro; arrinconar al PP en lo que se vino en llamar cordón sanitario (fascismo del bueno); sacarse del sombrero temas superados que no mejoran las cosas sino que las agrava o crea problemas donde no los hay como la memoria histórica, estatutos de autonomía, participación en Afganistán pero no en Irak, matrimonios homosexuales, aborto, etc; colegueo con la banda asesina ETA con la que parece que vuelven a hablar (cuánta razón tenía Mayor Oreja, ver a Rubalcaba diciendo que ya en cierta cárcel ya no hay terroristas porque se han arrepentido es como volver a escucharle que había verificado la tregua poco antes del robo de pistolas); el como sea como medio de hacer política para mantenerse en el poder, bien dando dinero a los nacionalistas para lograr sacar adelante leyes o presupuestos disparatados o para mantener ministros como Maleni; fortalecer las ansias nacionalistas; destrucción de la imagen de España en el extranjero; malgastar a manos llenas dinero público "porque no es de nadie"; etc.

Si bien toda esa forma de gobernar no se ve como algo dañino cuando un país crece económicamente, se manifiesta en toda su crudeza cuando éste va mal y las consecuencias de esa gestión se vuelven contra uno: si antes eran todos contra el PP y era este partido el que estaba solo, ahora en más de una ocasión ha sido el PSOE quien ha sentido la soledad, si bien los nacionalistas que no son nada estúpidos saben que les merece la pena mantener a un tipejo sin ideas, con mucho sectarismo y unas ansias locas por seguir en la poltrona dispuesto a todo como ZP que les dé lo que pidan por seguir una semana más mandando.

Aunque este resumen del gobierno zapateril puede ser claramente mejorable, la conclusión está clara: España ha salido perdiendo desde que hace 10 años un tipo con pinta de palurdo ascendió a la secretaría general del PSOE, pues hoy España está peor que en el 2000 en cuanto a situación económica, política y social. Ése es el gran triunfo de ZP, haberse convertido en el dinamitero mayor del reino de España.

Dos ejemplos de lo que supone el zapaterismo:

- De la Vega simulando degollar a un diputado, recordándome, salvando las distancias, ese capítulo de Calvo Sotelo y la Pasionaria en la que ésta clamaba en el Palamento diciendo que ese señor era la última vez que hablaba, dicho esto con todo el cuidado del que soy capaz, pero el gesto rechina. Algunos la han venido en llamar la Fashionaria, muy acertadamente.



- El segundo, sacado de contexto, pero refleja hasta dónde hemos llegado con los nacioanlistas, que ahora se atreven a señalar con el dedo al presidente del gobierno, amenazándole.


Foto de ABC

1 comentario:

Geshcann dijo...

Por suerte tocan a su fin, pero mucho trabajo vamos a tener para reconstruir el país mientras los borregos socialistas intentan recomponer los escombros del psoe