Ayer fue la cosa esa que llaman día del "orgullo" gay donde unas locazas que dicen representar a todo un colectivo se disfrazaron o se pusieron tanga, que hacía mucho calor. Por fortuna no todos los homosexuales son tan zafios y tan presuntuosos. Me refiero a la Confederación Colegas, que en palabras de su Secretario de Organización, Paco Ramírez, ha dicho lo siguiente:
"Son muchos los gays y lesbianas que no encuentran representados por la citada marcha. Muchas veces los estereotipos son usados por la misma sociedad para constreñir a los propios gays y lesbianas, y existen muchas otras formas normalizadoras de nuestros afectos que trasgreden más que la mera extravagancia. Además, del mismo modo que la "carroza" no hace al Orgullo, podemos decir que un Orgullo no puede ser excluyente, ni patrimonio de ninguna organización política o social"
Por otro lado, la reivindicación y lucha por nuestros derechos que dio origen a este evento ha ido perdido fuerza y se ha desvirtuado fomentando una mera fiesta carnavalesca y de potenciación de las marcas comerciales destinadas al público gay. Aún así los organizadores aún hacen pasar el Orgullo como un "evento social" concitando importantes ayudas públicas, sobre todo por parte del Ayuntamiento de Madrid.
"No todo lo promocionado como gay es "guay", es decir, se utiliza para mejorar los derechos de los propios gays y lesbianas. Y sería más aconsejable destinar más dinero a proyectos sociales que a la fiesta masiva de un día, que es más propicia para la foto política que el trabajo del día a día. Porque muchas veces es cierto el refrán de que la lluvia fina termina calando, mientras la tormenta de un día se lo puede llevar todo por delante".
Desde COLEGAS le pedimos a las administraciones públicas que sean consecuentes y coherentes, y dejen de financiar un evento que dice luchar por las discriminaciones pero en sí es discriminador y excluyente, un evento que pretende denunciar los insultos y las agresiones pero es utilizado a su vez para insultar y mofarse, un evento que pide respeto pero que muestra poco respeto, un evento que pide libertad de expresión pero impone un pensamiento único, en definitiva un evento que es una contradicción superlativa".
(...) "El superinflado de las cifras de asistencia es otro mecanismo manipulador usado habitualmente por los organizadores para mostrar un masivo apoyo popular que demagógicamente sitúan en el millón de personas con el apoyo y beneplácito de ciertas autoridades, cuando la realidad y la evidencia es bien distinta. Esperemos que un cuenteo objetivo y científico ponga las cosas en su sitio".
Resulta esperanzador que haya gente del colectivo homosexual que no pretenda imponer como normal una fiesta como la que perpetran todos los años y en la que se puede ver a lo mejor de cada casa. ¿Dónde está la denuncia a los países musulmanes donde se ordena matar a los homosexuales? ¿Dónde están las quejas a los gobernantes que como Evo Morales dicen que comer pollo vuelve a un hombre homosexual? Sin embargo, sí suelen verse insultos a la derecha o la Iglesia, una ideología y una institución que en España a 2010 no han mandado colgar a ninguno de los que salieron ayer, con el beneplácito de los sindicatos del metro, a subirse a las carrozas.
Cuando Colegas habla de un evento discriminador se referirá, supongo, al veto para los homosexuales de Israel o a la asistencia del PP. Lo de Israel es especialmente sangrante porque es el único país de la zona donde los derechos de los homosexuales están garantizados, no así en los países musulmanes que le rodean. Pero esta izquierda es capaz de defender a los homosexuales al mismo tiempo que a los musulmanes que hostigan a Israel y que cuelgan a aquellos. Pero los ultraconsevadores son los israelíes, según Zerolo.
La izquierda está para que se lo haga mirar. Tanto como los que dicen que hubo un millón de personas.
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