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jueves, 25 de marzo de 2010

Las cuitas de Enric y don Carlos

Con todo lo que ha ocurrido esta semana y lo que está ocurriendo hoy (Matas, Garzón,...), permítanme hablarles de algo bastante ilustrativo de quiénes son estos tíos de la izquierda, pero no de los políticos que se dicen de izquierdas, sino de aquellos que "remueven conciencias", de los periodistas de izquierdas "progresistas". Me refiero al dirario-panfleto digital de Enric Sopena, El Plural.

¿Y por qué lo haré? En primer lugar porque quise hacerlo en su momento pero no pude y los acontecimientos han cambiado mi visión del asunto. Como diría César Vidal y sin ánimo de ser exhaustivos, los hechos son los siguientes:

- Carlos Carnicero es el cofundador del diario digital Elplural.com que dirige el inefable Enric Sopena, conocido contertulio desde hace años de Telecinco y por el sectarismo que destilan sus opiniones

- Como cofundador, el señor Carnicero "tenía derecho" a ser el siguiente en la columna de opinión de dicho diario, tras el ex-miembro del Opu... tras el señor Sopena.

- Una serie de artículos en contra de ZP, hizo que Carnicero cayese en desgracia para Sopena, condenando al primero a bajar en el ranking de comentaristas y a que recientemente le quitase el enlace a su blog, circunstancia que mantenía con sus otros columnistas y sus respectivas bitácoras, entre los que se encuentran el hermano masón de César Vidal, Gustavo Vidal Manzanares.

- El día 15 de este mes, el señor Carnicero decía estas cosas en su blog, en el artículo titulado las guerras de Sopena y su censura:

[...]he vuelto a descender en el ranking de valoración del director, y mi artículo se ubica en las bodegas del barco. Eso no me incomoda porque retrata a quien toma esa decisión.

Pero eso no ha sido todo. El director ha suprimido el enlace que había al final de mi artículo con este blog. Ahora, para el que lo quiera corroborar, el resto de los colaboradores que tiene blog propio es reseñado al final de su artículo con un link que lo enlaza. Todos, menos el mío.
Es una censura, que duda cabe, porque se fundamenta en un hecho discriminatorio con mis artículos en relación con los de los demás. Me imagino, mejor dicho, me costa, que el director de el plural sería feliz si yo decidiera dejar de colaborar en su periódico. Pero no lo voy a hacer. Me limito a denunciar la censura que ejerce conmigo pero no voy a abandonar esa tribuna por respeto a los lectores. [...] Es por actitudes como las de Sopena que somos náufragos de la izquierda.


- Una semana después, concretamente el 22 de marzo el mismo autor y en el mismo blog, en el artículo Sopena se supera a sí mismo (el cual, estuvo ayer sin poderse leer, como si lo hubiese eliminado):

[...] Pero no me resisto a informar de la evolución de la persecución de la que estoy siendo objeto. Sobre todo porque de puro infantil empieza a tener cierta gracia.
No deja de sorprenderme la capacidad que tiene mi querido Enric para perseverar en sus errores. Quizá no haya descubierto que la censura nunca puede prestigiar a quien la realiza. Pero hay personas que la han protagonizado en distintas épocas de su vida y el hábito puede haberles hecho perder la sensibilidad del instante en que ademas de ser un acto antidemocrático cae en el ridículo.[...] Hoy me he acordado especialmente al ver que Google, para evitar la censura en China, va a remitir a sus usuarios en ese país al servidor de la empresa en Hong Kong. Sé que Enric Sopena no es Hu Jintao ni su periódico el inmenso país asiático. Pero bueno, por algún sitio tiene que empezar.

[...] Ahora mis artículos se colocan detrás de los publicados el día anterior, como si quisiera mi querido director hacerlos todavía más inaccesibles. Como sé que quiere que me vaya por aburrimiento esto me motiva para proseguir trabajando en El Plural dando lo mejor de mi mismo. Así somos los aragoneses, un poco tozudos o perseverantes, pero muy nobles. ¡Ánimo, Enric, todavía se pueden esconder más los artículos y censurar más mi blog¡ Aprendamos todos de los chinos y de Google.


- Ayer, intentando recopilar esta información, me encontré que ese artículo había desaparecido de su blog, sorprendentemente. Y como quiera que uno piensa mal, me acerqué al diario digital y ví el último artículo de don Carlos y et voilà, ahí estaba su condenado enlace a su blog.

- El mismo día que se autocensura ese artículo del día 22, es decir, ayer, se publica otro titulado El plural recupera el enlace con mi blog:

Nada más informar que en el periódico El Plural correspondiente al día de hoy aparece nuevamente el enlace con mi bitácora personal al final de mi artículo. Como es de ley, informo a mis lectores de esta circunstancia y doy por zanjado, por mi parte, este incidente desagradable. Sin más comentarios.


¿Que no se creen la autocensura de Carnicero? Fíjense como en este último artículo que cito lo que dice el usuario "chusé" y que es un soberbio resumen de lo que ha ocurrido:

SO PENA DE QUE UN CARNICERO

En El Plural hay favoritismo
y el director me tiene aversión:
“Sopena se supera a sí mismo;
Google desvía a Hong Kong”

El post tiene comentarios,
y a Carlos no le gustan varios;
censura sin dejar pistas
su artículo y los comentaristas.

So pena de que un carnicero
descuartice El Plural y a Enric,
al náufrago izquierdero
le ponen de nuevo el link.

Y Don Carlos muy contento
zanja el enfrentamiento,
descensura su bitácora
y aquí no ha pasado nada.


En definitiva, vemos un clamoroso sectarismo de Sopena contra el cofundador de El Plural por no comulgar ciegamente con ZP y un intento penoso de esconder los artículos de Carnicero para que se vaya "por aburrimiento". Carnicero se siente herido en su corazoncito y le llama censurador a mediados de marzo y se ratifica esta semana, lo que provoca un giro en la relación. Un enlace en su artículo de opinión como todos en el El Plural a cambio de que don Carlos rectifique, pero en el camino comete un disparate: hacer desaparecer un artículo en el que denunciaba la censura de Sopena, aunque ahora lo haya recuperado.

Con todo ello veo dos cosas: una, que el sectarismo y la censura son patrimonio de la izquierda y la naturaleza de Enric; y dos, que el derecho y la libertad de expresión del señor Carnicero vale un simple enlace. Por qué poco te vendes, don Carlos. Que yo vea, sigue usted en la bodega del barco. Enric ha perdido muy poco y usted mucho: su opinión libre ... aunque quizás fuese más certero hablar de derecho al pataleo.

3 comentarios:

Caballero ZP dijo...

Son tal para cual, y no se podía esperar otra cosa de dos miembros de la más rancia izquierda, que lo único que les ha separado son enfrentamientos personales por hablar mejor o un poco peor de Zapatero.
Saludos

Natalia Pastor dijo...

Son tal para cual.
Que Sopena es un sectario estalinista que regurgita bilis y que aplica una censura soviética en su panfleto, es algo sabido desde el momento en que no permite el derecho de réplica.
Lo de Carnicero es realmente patético, pero tampoco extraño en alguien que el 12 de marzo de 2004 llamaba al acoso y concentración frente a las sedes del PP desde la tertulia de la cadena SER.
Dios los cría...

Anónimo dijo...

Gracias por tu comentario.

Aunque Carnicero me publicó esta y alguna otra opinión, pronto se hartó de mis críticas y acabó censurándome prácticamente todo lo que escribía.

En El Plural de Sopena, sin embargo, no he tenido nunca ningún problema.

Chusé.