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viernes, 7 de noviembre de 2008

Real Madrid o el fracaso de Calderón

Podría hablar de la noticia que lanza la revista Época en la que se dice que Zarzuela consideró la posibilidad de censurar el libro de Pilar Urbano y preguntarme quién es el rey para censurar nada.

Podría comentar la victoria de Barackito Obama y del éxtasis de ZP o de cómo confunde el PSOE la política de EEUU comparándola con la española o de cómo afrontar la derrota de McCain y la forma de ganar de Obama: unidad y patriotismo y llegar a la conclusión de que España debería evitar dar lecciones al resto del mundo en democracia.

O preguntarme cuándo dejará el PP de lamer el culo al PSOE puesto que pese a perder voto el partido de gobierno los populares no suben.

Como quiera que esos temas son interesantes junto a otros, este blog trata no sólo de política y lo que me apetece hoy es hablar de futbol.

Soy aficionado del Real Madrid y me parece patética la imagen que están dando una pandilla de privilegiados. No me refiero unicamente a los jugadores, sino al propio entrenador y al presidente.

Los jugadores hacen, al fin y al cabo, lo que les dice el entrenador y juegan los que éste quiere. Pero quien juega y da la imgen son ellos y la que demostraron contra el Almería y contra la Juventus no es la del club más laureado del mundo: es la de un equipo mediocre que se ha metido por casualidad en la Champions y con esa mediocridad es con la que juegan. Ver al Barça y ver al Madrid es como la noche y el día, se ve donde hay talento y calidad (barça) y donde no hay nada, ni lucha ni entrega (Madrid) que son las que les dieron la dos ligas porque juego, lo que se dice juego, poquito. Menos mal que Schuster venía para darle la excelencia al juego madridista.

El entrenador alemán apenas confía en la cantera. Ha jugado De la Red porque se desfogó en el Getafe, pero con Schuster no ha salido nadie de la cantera. Si alguien destaca en el filial pero no se le da oportunidad dificilmente va a poder demostrar su valía y hacerse un hueco en el equipo, no ya en la alineación titular. Raúl juega por decreto y muchas veces no se sabe muy bien por qué y casi nunca es sustituido. Ha sido (Raúl) lo mejor en mucho tiempo en el madrid, aún recuerdo el golazo contra el Atleti, pero en el futbol no se puede vivir del pasado y Raúl, pese a algún gol de mérito, está dando sus últimos coletazos como profesional, está sobreexplotado.

Otra cosa es que el equipo, sin Robben, carece de bandas pero eso ya no depende del entrenador, sino de quiénes planifican el equipo: Calderón y Mijatovic. El presidente se empeñó tanto en el dichoso Cristiano Ronaldo que descuidó lo más importante: las necesidades del equipo. Robben es demasiado frágil como para confiar en él más de tres partidos seguidos. Drenthe no sé qué pinta en el Real Madrid, ¿es que no hay un jugador igual o mejor que el holandés? ¿Qué clase de cantera tiene entonces el madrid? ¿Por qué no pone a Higuaín cuando debe y mantiene siempre a Raúl en el campo?

Cuando no se hacen las cosas bien, te centras en un único objetivo (Ronaldo) descuidando lo importante, ocurre lo que les está pansando: con que haya unas pocas bajas, los suplentes no dan garantías de triunfo y se está pagando. Quizás el Presidente despida a Schuster pero la auténtica responsabilidad es sólo suya. Aunque la verdad que la actitud del alemán, con la presa sobre todo, no es la ideal. No ha dado excelencia ni dentro ni fuera del campo. Calderón debería dimitir si tiene la desfachatez de echar a su entrenador cuando se limita a alinear lo que le han dado.

¿Qué hacer? ¿Reconocer su error y fichar a unos cuantos jugadores en navidades? Pues sería lo ideal. Si no lo hacen, deben dar este año por perdido porque no hay garantías para ganar ni los amistosos y preparar desde YA la plantilla para la próxima temporada.

Mala pinta tiene este Madrid

2 comentarios:

Miguel A. Pazos Fernández dijo...

Fichad a Lafita! Pero dadnos un buen taco. xDDD.

Un saludo

Javier de Haro dijo...

Nadie se acuerda de Mata, aquel que regalaron al Valencia mientras se gataron 18 millonazos en una cabra loca llamada Drenthe.
Lo gracioso es que no hay punto de comparación entre los dos.