Hoy se celebra el día de la Constitución, 30 años de supuesta democracia y paz. Se supone que tres décadas deben ser suficientes como para que el sistema democrático se haya consolidado, pero ha sido a medias.
La Constitución dice que todos los españoles somos iguales, sin embargo la figura del Rey es inviolable y las mujeres, salvo que no haya hijo varón, no pueden acceder a la jefatura del Estado. Además, las sucesivas cesiones de competencias a las CCAA ha hecho de los españoles en las distintas partes del Estado ciudadanos menos iguales en función de dónde se encuentren. En este sentido, los nacionalistas hacen lo que sus santos coj**** les dicen en Galicia, Vascongadas y Cataluña. Hacer uso del español y cualquier sentimiento en este sentido es ferozmente reprimido en aquellos territorios. Si usted tiene un negocio y comete el terrible delito de rotularlo unicamente en español le cae un puro, pero no si lo hace en catalán o alemán, por ejemplo. Usted en Madrid puede mandar a su hijo (si es que puede) a un colegio donde se enseña en español o bilingüe, pero si usted es catalán no tiene esa opción, obligarán a su hijo a hablar catalán cuando realmente no sirve de mucho fuera de tierras españolas catalanas.
Las leyes, que parten de la Constitución, y la justicia defienden demasiado al criminal, al delincuente y maltratan por segunda vez a la víctima. Primero porque no se ha protegido al ciudadano y segundo, porque no se hace justicia: muchos años de pena pero hay reducciones por jugar al futbol o regalando a un etarra un título universitario. No, víctima y verdugo no reciben el trato que merecen.
No puede haber democracia ni justicia cuando los cargos más importantes a niveles jurídicos son nombrados por los partidos políticos.
La base de una democracia seria es la defensa de sus símbolos (bandera, por ejemplo) el sano patriotismo y el respeto al contrario ideológicamente hablando. Hoy un dirigente socialista puede llamar a todos los votantes de derechas, no sólo a los del PP que habrá que ver si Rajoy es de derechas, tontos de los cojones y aquí no pasa nada.
En una democracia, los gobernantes sirven a los ciudadanos, velan por su interés. En este país algunos utilizan sus cargos de alcaldes, concejales, presidentes en los distintos niveles de la Administración Pública para robar, poner a sus amigos y familiares y dilapidar el dinero público sobre todo en tiempos de crisis. Me estoy acordando de los distintos casos de corrupción en los ayuntamientos de los distintos colores políticos, de Andalucía con las diputaciones de Almería o con el mismisimo Chaves y el PER, o de los gastos de los políticos en más cochazos oficiales y nuevas oficinas inútiles de "exteriores" como las catalanas, donde se pone al hermanísimo de Carod Rovira. Amén de la alegría del gobierno central en crear carteras ministeriales (ahora quiere una más, Deportes) y de meter hasta al tato como asesor, aunque CCAA y Diputaciones no escapan a esto tampoco. Ya lo dijo la ex-ministra Carmen Calvo: "el dinero público no es de nadie".
En una democracia plenamente consolidada y seria no puede haber un territorio donde los amigos no puedan hablar de política en la calle o en el bar por si hay orejas especialmente interesadas para cazar al que no pertenezca o critique a los asesinos. No sólo éso, sino que encima los gobernantes a distintos niveles están casi deseando hablar con los etarras, importándoles un bledo los muertos. Un país no es serio cuando sólo se está en contra de ETA el día que ésta mata.
Un país no es democrático ni serio cuando ocurre una tragedia medioambiental y/o humana y el partido de la oposición trata de sacar partido electoralmente, como hizo el PSOE. No deja de ser sorprendente que un partido político se permita el lujo de decir que los ciudadanos no merecen un gobierno que mienta y que después, una vez han llegado a la Moncloa, lo hagan ellos como bellacos. O cuando se critica a un representante político que ha estado a punto de morir en un atentado y ha tratado de huir como lo haría cualquier hijo de vecino. Lo gracioso es que el que critica después es denunciado por sus socios europeos de utilizar el acontecimiento como instrumento para asegurarse el puesto en futuras elecciones.
Un país no es serio si permite que sus fronteras sean un coladero para la inmigración ilegal, además de hacer oídos sordos a las protestas de la UE llevando a cabo una especie de papeles para todos.
Un país no es democrático ni tiene valores ni es serio cuando está mal visto una corrida de toros pero después hay 112.000 abortos en un año. O que se castigue a una madre que para educar y corregir a su hijo le pega un bofetón y la condenan con la cárcel y a estar separada de él un año, así saldrá después el crío. Por otro lado, ¿cómo es posible que por un mismo crimen alguien cumpla teoricamente de 20 años para arriba y otra persona por el solo hecho de tener 17 años y 364 días vaya a un centro de menores para cumplir una condena de broma, mientras la familia de la víctima sufre esa injusticia?
Después de este atropellado conjunto de despropósitos, concluyo lo que ya sabía: en España no puede hablarse de democracia real, ni de justicia ni de una sana sociedad. Es necesaria una modificación de la Constitución, para que los españoles seamos todos iguales en iguales circunstancias (y no por cuota), para bajar los humos a los nacionalistas, para que haya separación de poderes y cambios en las leyes que proporcionen algo de consuelo para las víctimas con penas ejempleras, introduciendo la cadena perpetua revisable. Eso entre otras cosas.
La Constitución dice que todos los españoles somos iguales, sin embargo la figura del Rey es inviolable y las mujeres, salvo que no haya hijo varón, no pueden acceder a la jefatura del Estado. Además, las sucesivas cesiones de competencias a las CCAA ha hecho de los españoles en las distintas partes del Estado ciudadanos menos iguales en función de dónde se encuentren. En este sentido, los nacionalistas hacen lo que sus santos coj**** les dicen en Galicia, Vascongadas y Cataluña. Hacer uso del español y cualquier sentimiento en este sentido es ferozmente reprimido en aquellos territorios. Si usted tiene un negocio y comete el terrible delito de rotularlo unicamente en español le cae un puro, pero no si lo hace en catalán o alemán, por ejemplo. Usted en Madrid puede mandar a su hijo (si es que puede) a un colegio donde se enseña en español o bilingüe, pero si usted es catalán no tiene esa opción, obligarán a su hijo a hablar catalán cuando realmente no sirve de mucho fuera de tierras españolas catalanas.
Las leyes, que parten de la Constitución, y la justicia defienden demasiado al criminal, al delincuente y maltratan por segunda vez a la víctima. Primero porque no se ha protegido al ciudadano y segundo, porque no se hace justicia: muchos años de pena pero hay reducciones por jugar al futbol o regalando a un etarra un título universitario. No, víctima y verdugo no reciben el trato que merecen.
No puede haber democracia ni justicia cuando los cargos más importantes a niveles jurídicos son nombrados por los partidos políticos.
La base de una democracia seria es la defensa de sus símbolos (bandera, por ejemplo) el sano patriotismo y el respeto al contrario ideológicamente hablando. Hoy un dirigente socialista puede llamar a todos los votantes de derechas, no sólo a los del PP que habrá que ver si Rajoy es de derechas, tontos de los cojones y aquí no pasa nada.
En una democracia, los gobernantes sirven a los ciudadanos, velan por su interés. En este país algunos utilizan sus cargos de alcaldes, concejales, presidentes en los distintos niveles de la Administración Pública para robar, poner a sus amigos y familiares y dilapidar el dinero público sobre todo en tiempos de crisis. Me estoy acordando de los distintos casos de corrupción en los ayuntamientos de los distintos colores políticos, de Andalucía con las diputaciones de Almería o con el mismisimo Chaves y el PER, o de los gastos de los políticos en más cochazos oficiales y nuevas oficinas inútiles de "exteriores" como las catalanas, donde se pone al hermanísimo de Carod Rovira. Amén de la alegría del gobierno central en crear carteras ministeriales (ahora quiere una más, Deportes) y de meter hasta al tato como asesor, aunque CCAA y Diputaciones no escapan a esto tampoco. Ya lo dijo la ex-ministra Carmen Calvo: "el dinero público no es de nadie".
En una democracia plenamente consolidada y seria no puede haber un territorio donde los amigos no puedan hablar de política en la calle o en el bar por si hay orejas especialmente interesadas para cazar al que no pertenezca o critique a los asesinos. No sólo éso, sino que encima los gobernantes a distintos niveles están casi deseando hablar con los etarras, importándoles un bledo los muertos. Un país no es serio cuando sólo se está en contra de ETA el día que ésta mata.
Un país no es democrático ni serio cuando ocurre una tragedia medioambiental y/o humana y el partido de la oposición trata de sacar partido electoralmente, como hizo el PSOE. No deja de ser sorprendente que un partido político se permita el lujo de decir que los ciudadanos no merecen un gobierno que mienta y que después, una vez han llegado a la Moncloa, lo hagan ellos como bellacos. O cuando se critica a un representante político que ha estado a punto de morir en un atentado y ha tratado de huir como lo haría cualquier hijo de vecino. Lo gracioso es que el que critica después es denunciado por sus socios europeos de utilizar el acontecimiento como instrumento para asegurarse el puesto en futuras elecciones.
Un país no es serio si permite que sus fronteras sean un coladero para la inmigración ilegal, además de hacer oídos sordos a las protestas de la UE llevando a cabo una especie de papeles para todos.
Un país no es democrático ni tiene valores ni es serio cuando está mal visto una corrida de toros pero después hay 112.000 abortos en un año. O que se castigue a una madre que para educar y corregir a su hijo le pega un bofetón y la condenan con la cárcel y a estar separada de él un año, así saldrá después el crío. Por otro lado, ¿cómo es posible que por un mismo crimen alguien cumpla teoricamente de 20 años para arriba y otra persona por el solo hecho de tener 17 años y 364 días vaya a un centro de menores para cumplir una condena de broma, mientras la familia de la víctima sufre esa injusticia?
Después de este atropellado conjunto de despropósitos, concluyo lo que ya sabía: en España no puede hablarse de democracia real, ni de justicia ni de una sana sociedad. Es necesaria una modificación de la Constitución, para que los españoles seamos todos iguales en iguales circunstancias (y no por cuota), para bajar los humos a los nacionalistas, para que haya separación de poderes y cambios en las leyes que proporcionen algo de consuelo para las víctimas con penas ejempleras, introduciendo la cadena perpetua revisable. Eso entre otras cosas.
2 comentarios:
Estoy muy de acuerdo contigo. Urge una remodelación de esta Constitución. Incluso se podría llegar a un federalismo, pero no el confederalismo que nos vende la izquierda. Que conste en acta.
Un saludo
Y yo pregunto ¿será suficiente con una reforma?
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