Seguidores

domingo, 15 de junio de 2008

Che guevara, el carnicero de La cabaña

Se me pasó que ayer se cumplen 80 años del nacimiento de uno de los genocidas más notables que ha dado la Historia. Cosas de la vida y al ser de izquierdas, lejos de provocar rechazo, provoca admiración.

Quizás esos idiotas que llevan en camisetas al Che deberían buscar en internet, que seguro que lo tienen más a mano que un libro de historia, la relación Che y cuartel de la Cabaña. Así se les caería la venda de los ojos con uno de los personajes más miserables que ha dado la humanidad.

Ejemplo de cómo se las gastaba este buen señor, escrito por Pierre San Martín en 1997:

"Eran los últimos días del año 1959; en aquella celda oscura y fría 16 presos dormían en el suelo y los otros 16 restantes estábamos parados para que ellos pudieran acostarse, pero nadie pensaba en esto, nuestro único pensamiento era que estábamos vivos y eso era lo importante; vivíamos hora a hora, minuto a minuto, segundo a segundo sin saber que depararía el siguiente.

Fue como una hora antes del cambio de turno cuando el crujiente sonido de la puerta de hierro se abrió, al mismo tiempo que lanzaban a una persona más al ya aglomerado calabozo. De momento, con la oscuridad, no pudimos percatarnos que apenas era un muchachito de 12 ó 14 años a lo sumo, nuestro nuevo compañero de encierro.

'¿Y tú que hiciste?', preguntamos casi al unísono.

Con la cara ensangrentada y amoratada nos miró fijamente, respondiendo: 'Por defender a mi padre para que no lo mataran, no pude evitarlo, lo asesinaron los muy hijos de perra.'


Todos nos miramos como tal vez buscando la respuesta de consuelo para el muchacho, pero no la teníamos. Eran demasiados nuestros propios problemas. Habían pasado dos o tres días en que no se fusilaba y cada día teníamos más esperanzas en que todo aquello acabara. Los fusilamientos son inmisericordes, te quitan la vida cuando más necesitas de ella para ti y para los tuyos, sin contar con tus protestas o anhelos de vida.

Nuestra alegría no duró mucho más cuando la puerta se abrió. Llamaron a 10, entre ellos al muchacho que había llegado último; nos habíamos equivocado, pues a los que llamaban nunca más los volvíamos a ver.

¿Cómo era posible quitarle la vida a un niño de esta forma; sería que estábamos equivocados y nos iban a soltar? Cerca del paredón donde se fusilaba, con las manos en la cintura, caminaba de un lado al otro el abominable Che Guevara.

Dio la orden de traer al muchacho primero y lo mandó a arrodillarse delante del paredón. Todos gritamos que no hiciera ese crimen, y nos ofrecimos en su lugar.

El muchacho desobedeció la orden, con una valentía sin nombre le respondió al infame personaje: 'Si me has de matar, tendrás que hacerlo como se mata a los hombres, de pie, y no como a los cobardes, de rodillas'.Caminando por detrás del muchacho, le respondió el Che: 'Con que vos sos un pibe valiente'... Desenfundando su pistola le dio un tiro en la nuca que casi le cercenó el cuello.

Todos gritamos: asesinos, cobardes, miserables y tantas otras cosas más. Se volteó hacia las ventanas de donde salían los gritos y vació el peine de la pistola. No sé cuántos mató o hirió. De esta horrible pesadilla, de la cual nunca logramos despertar, pudimos darnos cuenta después, en la clínica del estudiante del hospital Calixto García, adonde nos habían llevado heridos. Por cuánto tiempo, no lo sabríamos, pero una cosa sí estaba clara, nuestra única baraja era la de escapar, única esperanza de superviviencia".


Hay más documentos sobre lo que hacía este tipejo. Como lo que cuenta Javier Arzuaga, ex capellán del cuartel La Cabaña:

El Che nunca trató de ocultar su crueldad. Entre más se le pedía compasión más él se mostraba cruel. El estaba completamente dedicado a su utopía. La revolución le exigía que hubiera muertos, él mataba; ella le pedía que mintiera, él mentía”. Arzuaga evoca un detalle que dice más que lo anterior: “En La Cabaña, cuando las familias iban a visitar a sus parientes, Guevara, en el colmo del sadismo, llegaba a exigirles que pasaran delante del paredón manchado de sangre fresca…


Otro sector que también tiene en buena consideración a este fascista, es el homosexual. Pongo un extracto de Zoe Valdés (en "Las locas y el Ché") sobre el particular:

Con lo que odiaba el argentino a los homosexuales, con lo que los persiguió en Cuba, y ahora resulta que ha pasado de ser el héroe de mayo del 68 a mártir del Orgullo Gay. Curioso. El personaje más homofóbico que ha parido la Historia de las revoluciones es adorado por ese público de consumidores de fanatismos de izquierdas. Lamentable.

El hombre nuevo, una perfecta máquina de matar... así era el verdadero Ernesto "Che" Guevara.

Zerolo dijo que "el Che es el hermano mayor que todos hubiesemos querido tener"... Bien ahí, demostrando tu cultura como el resto de tus compañeros progres.

2 comentarios:

Hispanicus dijo...

El Ché no solo fue un asesino, además era un cobarde que lloró para que lo liberaran cuando lo cogieron, lloré como un marica y suplicó el perdón que el negaba a sus numerosas víctimas.

A el Che y a Zerolo, no se los recomiendo yo como hermanos a nadie, ni siquiera a ellos mismos.

Un saludo

Federacion Juvenil Comunista de Plottier dijo...

Me sorprende que te gastes en escribir en alguien que odies, en todo caso pense que ivas a escribir sobre la gran vida de Bush! el che no fue ningun genocidia, decime a quien amto el che??? al pueblo? imposible porque si no como hiso la revolucion, la revolucion no la hiso el che si no el pueblo cubano per entonces a quien mato? mato a yankee que querian dominar Cuba, era su prostibulo, mato a burgueses que explotaban y mataban gente, mato a asesinos! y si eso es ser un genocidia, entonces la libertad es genocidia amigo!

respeto, y saludos!